11 de marzo de 2004. Estación de Cercanías de Guadalajara. A las 6:50 parte de la ciudad un tren repleto de trabajadores, estudiantes y otras personas que se desplazaban a Madrid por distintos motivos.
Conversaciones, risas, bostezos, cabezadas de sueño que se truncan a las 7:42 horas, a la altura de la estación del Pozo del Tío Raimundo. Una bomba vuela en pedazos parte del convoy en el que viajaban vecinos y vecinas de la capital y del Corredor del Henares. Prácticamente a la misma hora, diez artefactos estallan en otros tres trenes que habían partido de Alcalá de Henares y se encontraban en las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia.
Las terribles imágenes de los trenes destrozados, los cadáveres, los viajeros andando sin rumbo por las vías, los móviles sonando, dieron la vuelta al mundo. Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, bomberos, sanitarios y vecinos se volcaron en la ayuda a los supervivientes, en los que han quedado cicatrices físicas y psicológicas muy difíciles de superar. Familias rotas que no olvidarán nunca.
El fanatismo islámico sesgó la vida de 193 personas y dejó cerca de 2.000 heridos. De todas las víctimas mortales, 19 estaban vinculadas de una u otra manera con Guadalajara, incluido el alto cargo del GEO, Francisco Javier Torronteras, que falleció el 3 de abril en la explosión del piso franco en Leganés en el que se inmolaron siete de los supuestos autores materiales de los atentados.
Un país conmocionado pedía explicaciones a un Gobierno que les mintió tratando de sacar rentabilidad electoral. Un presidente, José María Aznar, que todavía a día de hoy insiste en aquella farsa.
Han pasado 20 años y la provincia de Guadalajara se ha sumado esta semana a los actos de homenaje a las víctimas. Actos que deben servir no sólo para recordar las terribles consecuencias de la barbarie terrorista, sino para concienciar a las nuevas generaciones de que la sociedad debe enfrentarse al fanatismo, al extremismo y al radicalismo desde la unidad. Un ejemplo que no han dado nuestros dirigentes nacionales al tratar de politizar el 20 aniversario del 11M y que, lamentablemente, también ha puesto de manifiesto la división entre las asociaciones de víctimas del terrorismo.
Al margen de este incompresible ruido, desde El Decano de Guadalajara nos sumamos al recuerdo y al homenaje a los fallecidos, a las víctimas y a sus familias.
Les reproducimos la lista que nos ha facilitado nuestro compañero Jesús Blanco, director de informativos de Ser Guadalajara, con todas las personas de Guadalajara o vinculadas de un modo u otro con la provincia que fallecieron aquel fatídico 11M:
- Francisco Javier Senent Pallarola, 22 años (Cabanillas del Campo)
- David Santamaría García, 22 años (Guadalajara)
- Sergio de las Heras Correa, 28 años (Iriépal)
- María Fernández del Amo, 26 años (Azuqueca de Henares)
- Eduardo Sanz Pérez, 31 años (Azuqueca de Henares).
- Sara Centenera Montalbo, 19 años (Alovera).
- María Nuria Aparicio, 40 años (Azuqueca de Henares)
- David Vilela Fernández, 22 años (Residente en Alcalá y natural de Yebra)
- Mohamed Itaben, 27 años (Azuqueca de Henares)
- José Gallardo Olmo, 33 años (Azuqueca de Henares)
- Juan Carlos Sanz Morales, 33 años (Guadalajara)
- Begoña Martín Baeza, 25 años (Alovera)
- Balbina Sánchez-Dehesa, 47 años (Madrid. Trabajadora de Vicasa en Azuqueca)
- Pablo Izquierdo Asanza, 42 años, (Madrid. Con raíces en Membrillera)
- Anca Valeria Bodea, 26 años (Guadalajara).
- Miriam Melguizo (Nacida en Gárgoles de Arriba)
- Marion Cintia Subervielle (Casada con un guadalajareño)
- Gonzalo Baraja Díaz, 32 años. (Madrid. Trabajador del INSS en Guadalajara).
- Francisco Javier Torronteras, 42 años. (GEO. Murió el 3 de abril de 2004 en el asalto al piso de Leganés).
19 vidas. Siempre en nuestra memoria.