Guadalajara se ha vestido de Navidad. El pasado 29 de noviembre, el alcalde de Guadalajara, Alberto Rojo, y la concejala de Festejos, Sara Simón, procedían al encendido del alumbrado navideño de las calles de la ciudad. Miles de bombillas y numerosos adornos luminosos de todo tipo instalados por toda la ciudad ponen ya luz y color a unas fechas que este año celebraremos con casi total normalidad, con la pandemia y las mascarillas prácticamente olvidadas.
El Ayuntamiento ha vuelto a apostar por un modelo similar al de las Ferias y Fiestas, que demostró ser todo un éxito, con un corredor navideño de un kilómetro y medio, desde la Plaza de España hasta la ermita del parque de San Roque en el que Navilandia, los Jardines Mágicos del Infantado, una bellísima plaza Mayor, belenes, mercadillos, actuaciones musicales y culturales, pasacalles, rondas y las cabalgatas de Papá Noel y los Reyes Magos, convertirán el centro de la capital en un hervidero de guadalajareños dispuestos a disfrutar de estas fiestas, por fin, en su ciudad.
Y decimos por fin porque el equipo de Gobierno ha desterrado el antiguo modelo de Navidad que no invitaba precisamente a salir a las calles, ni a quedarse y hacía que cientos de ciudadanos se marchasen a otras localidades del entorno para disfrutar de ambiente navideño, con la consiguiente “fuga” de euros, que los guadalajareños se gastaban en la vecina comunidad de Madrid y en el Corredor del Henares.
El año pasado, aún con muchas restricciones por la aparición de la variante Omicron y los problemas de abastecimiento de materiales por la crisis global, el Consistorio capitalino apostó por este mismo modelo con un balance muy positivo. Más de 200.000 personas disfrutaron de la propuesta municipal, que si bien es cierto que quedó bastante descafeinada para las previsiones que se habían generado, consiguió convencer a los guadalajareños. El reto continúa estando en que los vecinos de otras localidades de Madrid y Castilla-La Mancha nos pongan en el mapa de las capitales navideñas imprescindibles a apuntar en su agenda para estos días.
Este año, la apuesta es más fuerte si cabe. Y ya está siendo un éxito porque, a pesar de la lluvia, en los pocos días que llevamos de programación navideña, las calles del centro se han llenado de vecinos y vecinas, dispuestos a disfrutar, en especial los fines de semana y este puente de la Constitución y La Inmaculada. Teniendo en cuenta que las propuestas más interesantes se irán desarrollando según se acerquen las fechas claves de la Navidad, todo parece indicar que el equipo de Gobierno se va a apuntar un nuevo tanto, mal que les pese a algunos.
Todo ello supone además un impacto económico muy beneficioso para Guadalajara, especialmente para los hosteleros y comerciantes del casco histórico, que ven languidecer la zona el resto del año pero que en estos días hacen su particular agosto.
La ciudad vuelve a ilusionarse. Y con ello se animan nuestra calles, nuestra economía y nuestras ganas de disfrutar y de dar la bienvenida a nuevos visitantes a los que se pretende sorprender. Guadalajara es capaz de seducir a propios y extraños y eventos como las Ferias y la Navidad se convierten en un excelente escaparate de todo nuestro potencial festivo, cultural, monumental, gastronómico y económico.
El Decano de Guadalajara
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