EDITORIAL. El Parador 'maldito'

Publicado por: El Decano
06/09/2024 01:43 PM
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Parador de Molina de Aragón//Imagen: Paradores de España.
Parador de Molina de Aragón//Imagen: Paradores de España.

"Bienvenidos al Parador de Molina de Aragón, un destino único donde la modernidad y la historia se entrelazan en perfecta armonía". Así reza la presentación de esta nueva infraestructura en la página oficial de Paradores Turísticos de España

 


Su inauguración -ministro y principales autoridades locales y regionales incluidas- estaba prevista para este mismo miércoles y su apertura al público hubiese tenido lugar ayer jueves. Por cierto, con las reservas al completo. Sin embargo, el flamante acto se ha pospuesto hasta nuevo aviso debido a las inundaciones y grandes desperfectos que se han originado en las instalaciones tras el paso de la DANA por la provincia el pasado fin de semana. 

 

Está claro que el Parador de Molina está gafado. Su historia está plagada de despropósitos de todo tipo. Y a este paso aparecerá en las crónicas locales como un edificio ‘maldito’. 

 

En un excelente artículo publicado por nuestra redactora Marta Perruca en su etapa como colaboradora en El Hexágono de Guadalajara, se relatan los sinsabores de este establecimiento que, según cuentan los lugareños, pudo llegar a adelantarse a la construcción del de Sigüenza en los años 60. El entonces ministro de Información, Propaganda y Turismo, Manuel Fraga, dispuesto a levantar un Parador Nacional en tierras guadalajareñas, se fijó en Sigüenza y Molina como posibles ubicaciones. Se dice que encontraron mejor predisposición en los gobiernos locales seguntinos. Los molineses de entonces dejaron escapar una oportunidad única para haber contado con un complejo que, como se ha demostrado con el de Sigüenza, ha sido todo un revulsivo turístico para la localidad. 

 

Tras el devastador incendio del Alto Tajo de 2005, el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, con el objetivo de estimular el renacimiento de la zona afectada, anunció la creación del Parador de Molina de Aragón. Se apostó entonces por levantar un edificio de nueva planta con vistas al Castillo. 

 

La primera piedra la puso en 2010 el también socialista José María Barreda, entonces presidente de Castilla-La Mancha, con el compromiso de finalizar las obras en 2011. Se anunciaba una imponente infraestructura con 80 habitaciones, spá y piscina cubierta. 

 

Se removieron los terrenos pero los molineses no veían avances en las obras y tuvieron que esperar a 2012 para que el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el popular Ramón Aguirre, anunciara que las obras comenzarían en la segunda mitad de ese año y estarían finalizadas en 2014. Eso sí, el proyecto se redujo considerablemente, bajando a 60 habitaciones y restando muchas de las ‘comodidades’ que se vendieron en el primer anuncio.

 

Llegó 2015 y Molina seguía sin Parador. En plenas elecciones, María Dolores de Cospedal, ‘lideresa’ del PP y presidenta regional, acudió a la localidad para visitar las obras. No quiso colocar ninguna ‘primera piedra’- según dijo por respeto a los molineses- pero no dudó en posar sonriente ante las cámaras de los fotógrafos para aparecer como la salvadora del proyecto. 

 

Y llegamos a 2024. Dieciocho años después de que se anunciara por primera vez y trece años desde que se pusiera la primera piedra. Todo estaba listo para la inauguración. Eso sí, con un proyecto bastante más ‘rácano’ en capacidad, con tan sólo 22 habitaciones, y que se vende oficialmente como "un espectacular edificio de diseño vanguardista testimonio de la capacidad de aunar historia y modernidad, con enormes ventanales que inundan los interiores de luz natural y permiten disfrutar de la belleza del paisaje circundante".

 

La fatalidad ha querido que, a tres días de la ansiada apertura, las lluvias hayan anegado el edificio. Cierto es que la tromba que cayó sobre Molina fue monumental, pero alguien debería explicar por qué ha sufrido tantos daños un edificio moderno de reciente construcción, que ha costado 22 millones de euros. Las imágenes del agua entrando a raudales en los salones y en el garaje han circulado como la pólvora en redes sociales. Alguien deberá asumir responsabilidades y ofrecer las explicaciones oportunas. O al menos sonrojarse en privado.

 

De momento, no hay fecha de apertura. Los molineses continúan a la espera de que el Parador abra definitivamente sus puertas y se convierta en un reclamo turístico y en motor económico para la zona, tal y como se les 'vendió' hace la friolera de veinte años. 

 

Eso sí, siempre que el gafe que arrastra este interminable proyecto no nos depare un nuevo capítulo catastrófico que confirme, definitivamente, su fama de ‘maldito’.

 

Tiempo al tiempo.

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