El Decano de Guadalajara, en su firme defensa por la igualdad, creó el pasado mes de marzo la sección ‘Mujeres’. La consejera de Igualdad, Sara Simón, cierra esta serie, que ha contado con el patrocinio del Instituto de la Mujer de Castilla-la Mancha.
Bajo el título 'Mujeres', El Decano de Guadalajara arrancó el pasado mes de marzo una sección dedicada a féminas nacidas en la provincia o vinculadas a ella, que han destacado y destacan por su lucha por la igualdad de oportunidades y son claros ejemplos del empoderamiento femenino.
Un total de 15 mujeres han protagonizado interesantísimas entrevistas y reportajes que han abarcado un amplio abanico de profesiones, intereses y vidas dignas de contar. Artistas, políticas, mujeres rurales, urbanitas, investigadoras, sindicalistas, sanitarias, empresarias, inmigrantes, abanderadas de la diversidad e incluso personajes históricos, han desfilado por nuestras páginas poniendo de relieve todo el potencial de 'nuestras' luchadoras que, sin ninguna duda, deben ser reconocidas y puestas en valor.
Como broche a esta sección, esta Redacción ha entrevistado a la consejera de Igualdad del Gobierno de Castilla-La Mancha, Sara Simón, una firme abanderada de la igualdad de oportunidades y de la defensa de las mujeres, especialmente en lo relacionado con la violencia machista.
Pregunta.- De las entrevistas que ha realizado El Decano dentro de su sección 'Mujeres, hemos sacado dos conclusiones. Primera, todas nuestras protagonistas son grandes luchadoras y ejemplos de empoderamiento. Y, segunda, a pesar de todo, la brecha sigue estando ahí a todos los niveles.
Respuesta.- En los últimos años hemos ido avanzando en construir una sociedad más igualitaria. Pero nos falta lo más invisible y lo más complicado. Dejando a un lado la violencia que sufren las mujeres por el hecho de serlo, a las que tenemos la suerte de no sufrirla todavía nos queda la brecha del reconocimiento, que se ha ido generando por varios motivos. Primero, por la desigualdad estructural que sufrimos las mujeres. Por esos roles de género que se nos asignan al nacer que dicen que nosotras somos el sexo débil y ellos el fuerte. A partir de ahí se empieza a construir una realidad paralela en la que las mujeres nos tenemos que esforzar el triple en obtener la mitad de resultados que los hombres. Y esto es algo que todavía no hemos conseguido romper. Desde muy pequeñas se nos traslada el mensaje de que ni podemos, ni valemos, ni sabemos. Y hay un punto en el que nosotras mismas acabamos interiorizándolo y nos cuesta más dar pasos hacia adelante porque creemos que no tenemos capacidad para hacerlo en igualdad de condiciones. Esta es una de las primeras piedras y de las más pesadas que las mujeres llevamos en las mochilas y quitarse esas piedras cuesta. Nosotras tenemos que hacer el esfuerzo, quitarnos los miedos y asumir la responsabilidad. Pero los hombres también tienen que ir dando pasos a un lado, nunca pasos atrás, para que a nosotras nos sea más fácil ir dando pasos adelante. Hay que cambiar los mensajes que nos trasladan para eliminar la brecha y avanzar en igualdad de condiciones.
"Hay que empezar a empoderar a las niñas y a educar a los niños para que puedan ir viendo a sus compañeras de vida, al 50% de la población, con la perspectiva de que son iguales y como iguales las tienen que respetar"
P.- ¿Cómo se cambia ese relato?
R.- Se tiene que trabajar con las nuevas generaciones, con los niños y las niñas. Hay una teoría de la ‘brecha de los sueños de las niñas’, cómo a partir de los siete años comienzan a renunciar a lo que realmente les gustaría ser en un futuro porque ven que no hay mujeres en los ámbitos donde les gustaría estar. Hay que empezar a empoderar a las niñas y a educar a los niños para que puedan ir viendo a sus compañeras de vida, al 50% de la población, con la perspectiva de que son iguales y como iguales las tienen que respetar.
P.- Este año está siendo terrible en cuanto a cifras de violencia machista ¿Qué está ocurriendo?
R.- Mientras haya una sola mujer que sea asesinada, agredida o violentada sexualmente, tenemos que seguir reflexionando sobre esta violencia que se ejerce contra nosotras por el mero hecho de ser mujeres. Es cierto que si cogemos los datos vemos cómo los asesinatos se van reduciendo. Hace una década estábamos en los 70 u 80 y ahora entre 40 y 50. Pero aunque haya sólo uno es igual de dramático. Estamos viendo cómo se eleva el número de denuncias sobre violencia sexual y eso es una buena noticia porque no significa que haya más violencia sino que hay más mujeres deciden no callar y se atreven a poner una denuncia.
"Desde que tenemos las herramientas legales para proteger a las mujeres y poner la violencia machista en la esfera de lo público se ha salvado la vida a miles de mujeres"
P.- Sin embargo, los negacionistas de la violencia machista aseguran que hay más denuncias porque el sistema no funciona.
R.- Me preocupan todos los discursos negacionistas que se están produciendo desde las instituciones, desde los ayuntamientos, desde algunas diputaciones, desde los atriles de los parlamentos, que hacen que la mujer que es víctima pueda entender que lo que le está sucediendo no es un problema de la sociedad en su conjunto sino que es un problema suyo. Les mandan un mensaje muy preocupante a los agresores, porque les empodera, les dicen que lo que están haciendo no es censurable y esto produce más miedo a denunciar. Miedo porque pueden pensar que no las van a creer. Cuando hay partidos políticos que dicen sistemáticamente que el sistema no funciona yo me pregunto qué piensa una mujer que está sufriendo violencia cuando escucha que el sistema falla. Estas mujeres dirán que para qué van a denunciar. Yo quiero transmitir el mensaje totalmente contrario. El sistema funciona y funciona porque está salvando la vida de miles de mujeres en nuestro país. Desde que tenemos las herramientas legales para proteger a las mujeres y poner la violencia machista en la esfera de lo público se ha salvado la vida a miles de mujeres. Es cierto que todavía se producen asesinatos, que todavía hay violencia machista y los culpables son los hombres machistas y agresores, pero desde luego no las medidas para combatirlo. Desde que hace 20 años se aprobó la ley estatal nos hemos ido dotando de mejores herramientas. Los sistemas de seguridad funcionan, salvan vidas y cada vez se van perfeccionando para proteger a las mujeres.
P.- Estos discursos negacionistas, especialmente por parte de gobiernos de los que forma parte Vox, están calando no sólo en las instituciones sino entre los más jóvenes y esto da miedo porque en lugar de avanzar parece que vayamos hacia atrás.
R.- Aquí se han producido dos fenómenos que me parecen igualmente preocupantes. Por un lado, están las fuerzas de extrema derecha que defienden esos discursos negacionistas. Pero también desde partidos de extrema izquierda que han estado en el Gobierno se han lanzado mensajes que no han sido acertados. Y me estoy refiriendo a la antigua ministra de Igualdad, la señora Irene Montero. Cuando tú estás en el Gobierno y tienes la responsabilidad de liderar la políticas de igualdad y lanzas mensajes como que todos los hombres son agresores en potencia, puede haber una parte importante de los hombres que se sientan interpelados. Yo creo que la inmensa mayoría de los hombres quieren vivir en una sociedad igualitaria. Es cierto que todos los agresores son hombres, pero no todos lo son, son los menos y cuando se les traslada esos mensajes hay una reacción. Esos mensajes que se lanzan desde la izquierda más extrema y desde la derecha más extrema confluyen y se ha hecho un cóctel molotov que ha hecho que mucha gente joven piense que lo revolucionario es asumir los postulados machistas. Tanto los chicos como las chicas.
"Esos mensajes que se lanzan desde la izquierda más extrema y desde la derecha más extrema confluyen y se ha hecho un cóctel molotov que ha provocado que mucha gente joven piense que lo revolucionario es asumir los postulados machistas. Tanto los chicos como las chicas"
P.- ¿Con qué herramientas se combate esa tendencia a negar lo evidente y cómo se consigue que los más jóvenes dejen de asumir los anacrónicos postulados machistas?
R.- Hay un problema y es que en este país nunca hemos abordado la educación afectivo sexual. El bombardeo de información que les llega a los jóvenes desde internet y desde las redes sociales termina generando una desinformación muy alta. Tienen acceso a la pornografía con edades muy tempranas y se educan en un porno que es super opresivo y violento hacia las mujeres. Los chavales piensan que lo normal es tener relaciones sexuales donde el sometimiento hacia la mujer es uno de los principales ejes del placer. Pero es que las chicas también se educan ahí y ven que tener relaciones donde la mujer tenga que sufrir es lo normal. Y cuando esos adolescentes vayan creciendo, veremos que tenemos una sociedad mucho más desigual que la que tenemos ahora. Vamos a dar pasos hacia atrás. Es una realidad que estamos viendo y analizamos y tenemos que tratar de combatir.
Es imposible ponerle puertas al campo de las redes sociales. Pero sí que podemos dotarles de las herramientas para que cuando vean esos contenidos tengan la mirada crítica para saber lo que es asumible y lo que no. Y eso se hace a partir de la pedagogía y la educación. No hay otra manera. Tendría que haber un gran pacto social para cambiar esta realidad. Pero también soy muy consciente de que esto no interesa porque nuestra sociedad se rige en torno al patriarcado y al machismo y romper con esto es difícil. Tenemos que ir dando pasos y cambiando mentalidades para que se vaya deconstruyendo esa manera de entender el mundo. Pero pensar que de la noche a la mañana nos vamos a despertar teniendo comportamientos absolutamente feministas es difícil.
"Ahora que hemos empezado a hablar de ello, a decir que la prostitución es una forma de violencia contra las mujeres y de explotación, donde se las viola sistemáticamente para que un tercero tenga un beneficio económico, estamos removiendo alguna conciencia"
P.- Otro tipo de violencia machista es la prostitución. El Decano de Guadalajara publicó un reportaje en el que se ponía de manifiesto que los chicos cada vez la consumen antes y son más violentos en sus requerimientos sexuales. Es muy grave que siendo tan jóvenes violenten a las mujeres de esta manera y, además, que sus comportamientos sean tan extremos ¿Qué opinión le merece?
R.- La prostitucion es una de las violencias machistas que ha estado más oculta. Están en los puticlubs, no las vemos, no vemos lo que pasa allí. Son mujeres absolutamente vulnerables que no tienen ningún derecho y son incapaces de levantar la voz porque no tienen las herramientas para poder hacerlo. Están absolutamente sometidas y hemos decidido que ese no era un problema de la sociedad. Ahora que hemos empezado a hablar de ello, a decir que la prostitución es una forma de violencia contra las mujeres y explotación, donde se las viola sistemáticamente para que un tercero tenga un beneficio económico, estamos removiendo alguna conciencia. Los hombres entendían que si iban a un puticlub a pagar para violentar a una mujer no pasaba nada. Podían tener una vida absolutamente normalizada, una familia, un buen puesto de trabajo y ser hombres ejemplares, pero después iban a violar a una mujer a cambio de dinero y no lo entendían como violencia machista. Lo primero que tenemos que hacer es llamar a las cosas por su nombre y decirles a los hombres que lo que están haciendo ahí es violencia contra las mujeres. En las personas más jóvenes es problemático porque entienden que a esas mujeres que se les paga les pueden hacer absolutamente de todo sin tener ningún tipo de escrúpulo y violentarlas de las maneras más crueles. Las mujeres y los hombres tenemos que trabajar para buscar una sociedad más igualitaria y para ello necesitamos la implicación de los hombres, que rompan con esa complicidad que tienen. Hay que levantar la voz y decirle a ese amigo, a ese hermano, que lo que están haciendo no está bien. Cuando hablamos de que no se tolere un chiste machista, un comentario machista o contenido que veje a las mujeres en los grupos de Whatsapp, es el primer paso. Hay que levantar la voz para que cada vez más hombres se sientan avergonzados de lo que están haciendo.
"Hay algunas mujeres, desde puestos muy importantes de responsabilidad, que tratando de levantar la bandera del feminismo han sembrado odio. Hemos dado pasos atrás y tenemos que volver hacia adelante
P.- Últimamente, el movimiento feminista, que ha sido tan importante en este país, está siendo visto como un grupo radicalizado. Incluso sus integrantes son descritas por algunos sectores como ‘feminazis’. ¿Cómo se ha llegado a este punto?
R.- Algunos discursos han hecho que la sociedad reaccione de manera incorrecta. El movimiento feminista, que no es solamente de las mujeres porque hay muchos hombres feministas, ha sido un movimiento transversal que ha trabajado para que podamos vivir en una sociedad más igualitaria. Pero en los últimos años ha habido una necesidad de enfrentar a todo el mundo con todo el mundo. Los mensajes agresivos no ayudan a construir igualdad y esto hace que emerjan postulados más radicales y al final generen ruido y crispación. El movimiento feminista no tiene apellidos, debería englobar a todos y a todas. Pero algunas mujeres, desde puestos muy importantes de responsabilidad, tratando de levantar la bandera del feminismo han sembrado odio. Hemos dado pasos atrás y tenemos que volver hacia adelante. La lucha del movimiento feminista nunca ha sido fácil. Ha costado mucho y es más importante dar pasos firmes, aunque sean cortos, que tratar de avanzar mucho para que te lleven a la situación en la que estamos.
P.- Desde que usted llevó a la Consejería de Igualdad se han puesto en marcha numerosos recursos y programas en la región y en Guadalajara ¿Cuáles destacaría y cuáles cree que son los avances más importantes que se han producido en materia de igualdad en estos dos años de legislatura?
R.- En Castilla-La Mancha tenemos una de las redes de recursos más importantes del país si la comparamos con la extensión del territorio y la población de la región. El compromiso del presidente, Emiliano García-Page, es firme. Hemos ido creciendo en los centros de la mujer. En la pasada legislatura se ampliaron tres centros nuevos en Guadalajara y para 2025 habrá uno nuevo en Sacedón. La vocación es seguir creciendo en esa red que no solo es para atender a las mujeres víctimas de la violencia machista sino que se hace una intervención social en los municipios, con asistencia psicológica, jurídica, orientación laboral, etc. Y luego tenemos la red de recursos para las mujeres víctimas de violencia machista, con 15 centros en toda la región. Ahora estamos inmersos en la puesta en marcha de la red de centros de atención a mujeres víctimas de agresiones sexuales, uno por provincia. En ellos las mujeres van a encontrar asistencia psicológica, asistencia jurídica y habrá trabajadoras sociales que ayudarán a hacer la intervención social. Estos centros también saldrán a la sociedad para ir concienciando y educando en igualdad. Otro recurso en el que estamos trabajando es la puesta en marcha el próximo año de un centro de acogida para las víctimas de la trata. Mujeres que ahora mismo están en situaciones muy complicadas, que vienen de sus países engañadas y que son sometidas a violaciones de manera sistemática. Vamos creciendo en esta red de recursos, que el año pasado atendió a más de 25.000 mujeres en toda la región.
"Estamos trabajando es la puesta en marcha el próximo año de un centro de acogida para las víctimas de la trata. Mujeres que ahora mismo están en situaciones muy complicadas, que vienen de sus países engañadas y que son sometidas a violaciones de manera sistemática"
P.- ¿Cuáles son los retos que se marcan a partir de 2025 y hasta que acabe la legislatura?
R.- Estamos trabajando en cuestiones importantes como garantizar a las mujeres víctimas de agresiones sexuales asistencia jurídica letrada a través del Consejo de la Abogacía de Castilla-La Mancha y los colegios de abogados y también con la Federación de Hostelería de la región para poner en marcha protocolos para los locales de ocio. Un reto importantísimo y un compromiso del presidente es la aprobación de la Ley de medidas para acabar con la brecha salarial. No tenemos competencias en el ámbito laboral pero entendemos que, igual que se hizo con una ley pionera en nuestra tierra como la Ley de Despoblación, tenemos la capacidad de hacer una ley de medidas para incentivar que esa brecha se vaya reduciendo porque también es importante para acabar con la violencia machista y para acabar con una injusticia que sufrimos todas las mujeres.
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