Es tiempo de botargas en la provincia de Guadalajara porque, si bien es cierto que existen manifestaciones a lo largo de todo el año, en invierno es cuando se concentran el mayor número de estas fiestas, lo que también es una oportunidad para visitar los pueblos de la provincia durante este periodo. Las botargas son una de las tradiciones más ancestrales de la provincia de Guadalajara, cuyo origen se remonta a tiempos inmemoriales, puede que incluso prehistóricos. Un amplio abanico de manifestaciones protagonizadas por unos personajes variopintos, un poco granujas y, en ocasiones, bufonescos, que desde enero de 2023 cuentan con el reconocimiento del Gobierno de Castilla-La Mancha como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Bien Inmaterial, pero ya en el año 1986 fueron declarados Fiesta de Interés Provincial por la Diputación de Guadalajara.
Las botargas son personajes de invierno, pero por distintas circunstancias, muchas de las fiestas se han trasladado en el calendario, principalmente como consecuencia de la despoblación y para facilitar que los antiguos vecinos de los pueblos puedan participar de la fiesta. Conscientes de ello, desde la Institución Provincial, con la colaboración de la Asociación Tradición Oral, se mantiene e impulsa una Ruta de las Botargas, que recorre 44 municipios distintos y recoge un total de 46 manifestaciones -porque Robledillo de Mohernando tiene tres, con tradiciones distintas: Los Vaquillones, la Botarga de Casados y La Botarga Infantil”- por toda la provincia.
Este recorrido arranca a finales de año, con la el solsticio de invierno, como punto de inflexión. El 24 salió la botarga de Tórtola de Henares; el 25 de diciembre; la Pantasma y el Alforjero de Fuentes de la Alcarria, el 28, los Diablos de Setiles; el Año Nuevo recibió al zarragón de Alarilla; la botarga de Humanes de Mohernando y a la de Casados de Robledillo de Mohernando.
Este sábado, 11 de enero, regresa la botarga de Villaseca de Uceda, recuperada en 2023 por los vecinos del pueblo, un acontecimiento que documentó el Decano de Guadalajara con un reportaje en profundidad. Este año volverá a emerger de los montes a mediodía y recorrerá las calles del municipio pidiendo comida por las casas, como marca la tradición, al ritmo de la música de los Dulzaineros Mahurotos. A las 14.00 horas está previsto un baile vermú, aderezado con las viandas que el botarga ha ido recogiendo y una comida popular, sobre las 15.00 horas, para la que se requiere inscripción previa. La fiesta llegará a su fin con el concierto a cargo de Carlos Herrero "El Naán".
El domingo, 12 de enero, sale también la Botarga del Niño Perdido y los danzantes de Valdenuño Fernández, declara de Interés Turístico Regional y Provincial. Se trata de de la tradición más emeblemática de este pequeño municipio de la Campiña de Guadalajara, con unos 300 habitantes censados. El libro de contabilidad de 1721 recoge la crónica de un niño perdido en el pueblo. Los vecinos del lugar fueron buscándolo casa por casa, hasta que apareció en la iglesia del pueblo. De esta manera, la botarga de Valdenuño recrea la búsqueda del Santo Niño Perdido
Tal y como recoge el Ayuntamiento en su página web, este año el programa comienza el viernes 10 de enero con un ambiente festivo y nocturno. A partir de la medianoche, tendrá lugar la actuación del Grupo "Los Calambres", seguido por una animada sesión de DJ Berny. El sábado 11 de enero, también a las 00:00 horas, será el turno del Grupo Bandera Negra.
La tradición se conmemora el domingo, 12 de enero. Desde temprano, a las 8:00 horas, las botargas y los danzantes recorrerán las calles de Valdenuño Fernández, llenando el pueblo de color y música en una ronda que invita a todos los vecinos y visitantes a participar. La botarga lleva unas castañuelas con las que propina golpes a los asistentes con el fin de sacarles una limosna. La búsqueda del niño concluye en la Iglesia, donde la botarga se coloca en la puerta impidiendo el paso a todo aquel que no pague peaje con una moneda. Durante la Misa, que tendrá lugara a partir de las 13.30 horas, la botarga dirige el paloteo de los danzantes, al son de un tambor e intentará arrebatar la recaudación del cestillo lanzándolo por los aires. También da a besar la reliquia y golpea suavemente a las mujeres en señal de fertilidad.
Al salir de misa, de nuevo se representa el paloteo en la plaza, una danza de gran impacto visual y en la que los jóvenes del pueblo se sienten muy involucrados.
Por la tarde, a las 17:00 horas, se realizará la procesión con la imagen del Santo Niño, acompañada de la singular guerra de naranjas, una tradición que destaca por su alegría y participación popular. La jornada culminará con una serie de sorteos, entre ellos el de una cordera y otros regalos, como anguila de mazapán, jamón y más sorpresas.
Enero es uno de los meses más intensos para este tipo de personajes. Las próximas citas tendrán lugar el 17 de enero, con la de Guadalajara que sale por San Antón, el 18 sale la botarga y el bufón de Mohernando, el 19, coinciden la primera salida de la de Montarrón y Retiendes y la botarga de Valdepeñas de las Sierra, por San Sebastián; y el día 20 de enero tiene lugar la segunda salida de la borarga de Montarrón.
Las citas con estos personajes continúan el viernes, 24 de enero, con la primera salida de la botarga y la soldadesca de Mazuecos, que volverán a hacerlo el sábado, 25 de enero. Este día también se celebra la botarga de San Pablo de Fuencemillán, la de Razbona, la infantil de Robledillo de Mohernando y la de Taracena, con motivo de la Virgen de la Paz y San Ildefonso.
Por último, el día 26 de enero, tendrán lugar la Botarga y Mujigangas de casados y la botarga infantil de Málaga del Fresno; la tercera salida de la botarga y soldadesca de Mazuecos y también de la de Montarrón y la segunda salida de la botarga de Taracena.
El término “Botargas” englobaría a una gran variedad de personajes que comparten una serie de elementos comunes, pero también diferentes: “Este término lo adoptó Sinforiano García Sanz en la década de los 50, que hizo un estudio maravilloso sobre estos personajes en la provincia, aunque en el No-Do también apareció un reportaje de Julio Caro Baroja donde también las denominaba así. Había un uso en la tradición oral y Sinforiano García lo dejó por escrito”, explica Isabel Nolasco, presidenta de la Asociación Tradición Oral. De esta manera, como botargas se identifica a zarragones, vaquillas, vaquillones, diablos, botargas infantiles, ciertos personajes con nombre propio “y, por supuesto, los acompañantes que dan sentido a la fiesta que fundamentalmente son las mascaritas y los danzantes”.
El etnólogo, José Antonio Alonso Ramos, responsable de elaborar la documentación para concurrir a la declaración de esta manifestación como BIC en 2023, señala que, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, el nombre de Botarga tendría un origen italiano. Además, un estudio de 2001 de Sara Ruiz publicado en los Cuadernos de Etnología de la Diputación indica que el origen etimológico de la palabra se remonta al siglo XVI y denominaba "al personaje de las compañías italianas de comedia, vestidos con ropajes ajustados al cuerpo y calzas rojas largas y anchas. En España el término se introdujo directamente referido al personaje de mojiganga o prenda de vestir y éste sigue vigente en el folklore de Guadalajara”.
El origen de estos personajes parece ser una cuestión mucho más compleja e incierta, que podría remontarse a periodos prehistóricos, teniendo en cuenta algunas manifestaciones del arte rupestre que representan al “Señor de los Animales” o a brujos disfrazados con cornamentas y otros elementos.
Para Alonso, las Botargas son personajes “muy especiales y entrañables” que “forman parte de nuestros ritos y fiestas populares” y “van disfrazados”, aunque su aspecto no es el mismo. Suelen llevar trajes multicolor y máscara, aunque no siempre; elementos animales, tales como rabo y cuernos, cencerros, y también siluetas de animales o elementos astrales cosidos; hacen ruido e incitan a la risa. En esta línea, el etnólogo indica algunos estudios antropológicos hablan del papel que tiene la risa en ciertas culturas para ahuyentar a los malos espíritus, muy especialmente, al mal de ojo, e incluso como elemento atrayente del amor y el sexo.
Las botargas, además, suelen jugar un papel organizador de la fiesta: “Recogen a las autoridades, piden dinero, encabezan comitivas y procesiones, dirigen a los danzantes, cuidan del orden”, aunque al mismo tiempo también son “transgresores del orden establecido (fomentan el caos, son agresivos, gritan, golpean, saltan, danzan, se revuelcan, tiran el dinero colectado, lanzan ceniza, pelusa, etc. Respecto a esta faceta, un poco gamberra, el investigador indica que en muchas ocasiones las fiestas populares se configuran como una “vía de escape frente a la autoridad” permitiendo al pueblo adoptar actitudes que de otra manera no le estarían permitidas.
“Algunos salen a principios de año, propiciando los buenos augurios. Otros muchos salen cuando la tierra está sembrada y principalmente en la zona de la Campiña fértil”, mientras en “los botargas y zarragones serranos -Valverde de los Arroyos, Majaelrayo, Condemios o Galve de Sorbe- es importante el papel de la organización de la danza”, afirma. De esta manera las botargas estarían clasificadas en las de invierno o ciclo fustigante y las botargas y zarragones organizadores de danzas, “más de primavera y verano” y otros personajes como el Cura de Candelas de El Casar o el Botarga o gracioso de Utande.
En el pasado, estos personajes eran concebidos como una “especie de magos, intermediarios entre los dioses y la naturaleza y las personas” que tenían el papel de de propiciar "la fecundidad de la tierra -magna mater.- y de las mujeres". En Arbancón, la botarga lleva una naranja en la mano “y la echaban a rodar por el suelo para contagiarse de la fuerza de la Madre Tierra”.
La mayoría de las botargas de la provincia forman parte de los rituales católicos locales, aunque tal y como recuerda Nolasco, se trata de tradiciones paganas: “Estamos hablando de 3.000 años de historia. Es muy difícil entrar en hipótesis sobre el origen exacto de las botargas, pero los estudios apuntan a que se trata de tradiciones celtibéricas, de origen pagano. Estaban muy vinculadas a la fertilidad de la naturaleza, del ser humano, a los malos espíritus. No es casualidad que aparezcan en invierno, porque es una época de renacimiento en la que las noches se empiezan a acortar, la luz va venciendo a la oscuridad y de alguna manera salimos de un letargo”.
Hoy en día, las botargas han incorporado otras funciones, para convertirse en elementos de cohesión social en los pueblos del medio rural de Guadalajara, como reclamos turísticos o elementos del patrimonio cultural.
Las tradiciones evolucionan con los tiempos y esto también ha ocurrido con las botargas: “La inclusión de la mujer, aunque parezca muy novedoso, se remonta en la provincia a los años 40”, explica Nolasco. El mundo de las botargas en principalmente masculino, “por el patrón cultural que existí, pero hoy las mujeres están totalmente integradas”. Según Nolasco, hay botargas que conservan máscaras muy antiguas como el caso de Aleas, de madera tallada a mano o trajes como el de Robledillo de Mohernando, que tenía un traje de antes de la República y otro posterior a la misma. La de Cabanillas del Campo que se recuperó en 2022 tiene telas más nuevas y la máscara es de esparto “con lo que se van adaptando a los tiempos, pero sin perder la esencia”. Algunas de ellas, incluso han cambiado de fecha la fiesta “para mejorar la afluencia de público, porque al final un 2 de febrero que son Las Candelas, no hay gente en un pueblo chiquitito ni para sacar la botarga ni para verla. No es lo ideal, pero de esta manera la fiesta se mantiene y subsiste”, comenta.
De hecho, cada año se incorporan nuevas botargas que los municipios de la provincia van rescatando del olvido. En 2024 se recuperaba la botarga de Iriépal, que saldrá el sábado, 1 de febrero, por San Blas; en 2023, la de Villaseca de Uceda, que se celebra el 12 de enero, personaje “que dejó de salir hacia 1933 y 1934 en el marco de la Guerra Civil y ha vuelto a las calles de la localidad después de más de 90 años”, recuerda Nolasco. En este caso, señala, existían los testimonios recogidos por José Ramón López de los Mozos, pero en julio se recuperaba la de Múduex, que salía el 26 de julio por Santa Ana y el 27, por San Pantaleón, para la que “ni siquiera había testimonios vivos, por lo que fue un trabajazo”.
Otro de los personajes que se perdía con el conflicto bélico fueron las vaquillas de Gajanejos, que en 2023 volvían al Carnaval de la localidad y en 2022 se recuperó la que tradicionalmente salía en Cabanillas por San Blas, que vuelve a la fiesta cabanillera el 3 de febrero.
Los principales enemigos de esta y otras tradiciones de la provincia en el siglo XX fueron, tal y como recuerda Nolasco, la Guerra Civil y el éxodo rural, en los años 60 y 70, momentos en los que descendió considerablemente el número de botargas, algunas de las cuales llegaron a desaparecer: “Por la contra, en los años 80 y 90 el asociacionismo fue brutal y en los pueblos se recuperó la vida cultural, siendo las botargas una de las manifestaciones que la gente tenía más arraigadas y que se recuperaron”. De esta manera, indica, en el año 1986 la Diputación Provincial las declaraba Fiesta de Interés Provincial.
Por otro lado, el Festival Medieval de Hita que nacía en 1961 a iniciativa del profesor Manuel Criado de Val y está declarado Fiesta de Interés Nacional , supuso un punto de inflexión en la puesta en valor de este personaje carnavalesco, convirtiéndose en el que posiblemente fuese el primer lugar de encuentro de todos estos personajes.
Hoy en día son numerosos los encuentros que dan cita a este tipo de personajes provenientes de todo el territorio español, que ponen en evidencia la gran cantidad de botargas que existen en nuestra provincia, con respecto a otros territorios de España, donde se les conoce como mascaradas: “Se fomentó un encuentro en Salmerón, en Luzón, Cabanillas del Campo y el encuentro provincial más importante que tenemos es el anuncio del Carnaval, que es en Guadalajara capital”, comenta Nolasco
Las botargas , además, tienen a su disposición tres ayudas de Diputación para su recuperación y el mantenimiento de la fiesta: “Una por ser Fiesta de Interés Turístico Provincial; otra para material, sobre todo de los trajes y complementos que no es fácil encontrarlos, y otra para material promocional, como carteles, folletos, vídeos, etc.”