A estas alturas de la película, cuando desde determinados sectores extremistas de la sociedad y la política se alienta la crispación y la división y se fomenta el odio al prójimo, todavía hay quienes se empeñan en reabrir heridas.
Esta semana ha sido noticia en Guadalajara la presunta apología del franquismo por parte de la Cofradía del Cristo Yacente del Santo Sepulcro, que en el programa de Semana Santa define como "Cruzada de la Liberación" a la Guerra Civil del 36, uno de los episodios más negros de la historia de España. Un conflicto que durante cuatro años enfrentó a hermanos contra hermanos y acabó con la llegada de la Dictadura de Francisco Franco, que tanto dolor, pobreza, miseria y recorte de libertades trajo a este país.
Definir la contienda nacional de esta forma tan burda constituye toda una provocación y ha levantado ampollas en los sectores que luchan por restituir la memoria de aquellos que el bando nacional consideraba enemigos, por sus inclinaciones políticas republicanas, su orientación sexual o, simplemente, por estar en el lado ‘equivocado’ durante este cruel conflicto bélico.
Hay que recordar que en ambos bandos se cometieron barbaridades que acabaron con la muerte de miles de personas. Pero también es cierto que los ‘perdedores’ se llevaron la peor parte por puro revanchismo y todavía hoy permanecen enterrados y olvidados en cunetas o fosas comunes, sin que sus familiares hayan podido darles un lugar digno en el que descansar.
Esta exaltación de la Guerra Civil por parte de la Cofradía del Cristo Yacente de Guadalajara causa mayor indignación, si cabe, por el hecho de que se ‘publicita’ en el programa de Semana Santa que se ha distribuido por la ciudad. A nadie se le escapa la ideología que defienden muchos de los miembros de esta Hermandad -allá cual con sus creencias o simpatías políticas-, pero pregonarlo a los cuatro vientos y vanagloriarse de ello en un folleto dirigido a todos los vecinos y vecinas, constituye una tremenda falta de sensibilidad.
Esta actitud ha provocado la reacción de Izquierda Unida y del Foro por la Memoria de Guadalajara, que han solicitado al Obispado la eliminación de esta palabra de los programas.
En una carta remitida al obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, Xulio García, portavoz del Foro, le pide textualmente que "intervenga y pida que sea retirada esa expresión, pues es algo al margen de las celebraciones cristianas y sólo daña la credibilidad y legitimidad moral de la iglesia católica, especialmente en un contexto donde sectores significativos de la sociedad buscan superar divisiones históricas y avanzar hacia una convivencia basada en el respeto mutuo".
Desde IU califican este hecho como "intolerable y quizás incluso ilegal, de acuerdo con la legislación en materia de memoria democrática". Efectivamente, la Ley de 20/22 de 19 de octubre de Memoria Democrática, establece entre las infracciones graves "las convocatorias de actos, campañas de divulgación o publicidad que por cualquier medio de comunicación pública, en forma escrita o verbal, en sus elementos sonoros o en sus imágenes, inciten a la exaltación personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra o de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron al régimen dictatorial, cuando entrañe descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares". Las multas por hacerlo oscilan entre los 10.000 y los 150.000 euros. Así que, si alguien decide denunciar, la ‘broma’ les puede salir muy cara a algunos.
Esta Redacción ha intentado obtener una respuesta por parte de los responsables de la Diócesis que, de momento, nos han dado la callada por respuesta. Según nos comunica el vicario general, Agustín Bugeda, no se van a pronunciar porque "estamos en unos días intensos de vivencia de la Semana Santa". Las autoridades religiosas de la provincia tampoco se han puesto en contacto con los representantes del Foro por la Memoria y van tarde, porque la prensa regional y nacional ya se está haciendo eco de la noticia.
Esto pone a la Semana Santa de Guadalajara, injustamente, en el punto de mira y no precisamente por su importancia y belleza -cuenta por méritos propios con las declaraciones de Fiesta de Interés Turístico Provincial y Regional- sino por el fanatismo de unos cofrades que deberían haber pedido disculpas por tan torpe ‘presentación’ en el programa de las fiestas religiosas.
El Ayuntamiento también ha decido desmarcarse de la polémica, aunque debería implicarse. Recientemente firmó un convenio con la Junta de Cofradías por el que recibirán 35.000 euros para poder desarrollar sus actividades. Un dinero que pagamos todos los ciudadanos para que organicen actos de devoción y fe como corresponde a entidades de este tipo. Lo demás, sobra.
La Junta de Cofradías tampoco parece tener nada que decir al respecto. Al menos públicamente. Esperamos que, para otra ocasión, revisen con lupa los programas de mano para evitar conflictos. Porque esta vez, se la han 'colado'. O no.
Durante el pregón que abría los actos religiosos ofrecido en la Concatedral de Santa María el pasado viernes por el obispo, Julián Ruiz Martorell, subrayaba que la Semana Santa "actualiza el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo que implica atender a los demás, reconociéndolos como hermanos". A la vista de lo sucedido, hubo quien no estuvo muy atento a las palabras del prelado.
Recordemos que esta no es la primera vez que la Cofradía del Cristo Yacente del Santo Sepulcro ha sido objeto de polémica. En el año 2023, con motivo de su 75 aniversario, organizó una exposición en la iglesia del Fuerte de San Francisco, en la que se exhibían diversos objetos religiosos y hábitos relacionados con su historia, entre ellos, varios símbolos de ideología nazi-fascista, como la camisa azul de Falange que usaron los cofrades durante años, que incluye un parche con el águila de la wehrmacht con la esvástica nazi. El Obispado pidió perdón y se retiraron de la muestra todos los elementos ofensivos.
Tras aquello, las cosas parecían haber vuelto a su cauce. Pero la Cofradía se ha empeñado de nuevo en meter el dedo en la llaga. Tal y como dijo Jesucristo en una de las siete últimas palabras que pronunció durante su crucifixión, antes de morir :"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen".