La ciudad de Guadalajajara que queremos

Publicado por: Marta Perruca
01/06/2025 12:34 PM
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El proceso de modificación del PGOU, después de una primera fase de recopilar toda la información, afronta una segunda de Participación Ciudadana que ha arrancado esta semana con una primera reunión dirigida a la población en general. Para el responsable de abordar este documento, el arquitecto y urbanista, José María Ezquiaga la cuestión que debe plantearse la ciudad  en estos momentos es qué tajada del pastel del crecimiento del Corredor del Henares quiere y puede asumir Guadalajara, teniendo en cuenta un conjunto de valores como la calidad de vida de los ciudadanos, el medio ambiente y la oferta de vivienda asequible

 

¿Cuál es la ciudad que queremos? Guadalajara se dispone a modificar su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para poder absorber el crecimiento del Corredor del Henares y dotar a la ciudad de nuevo suelo industrial y residencial. Este nuevo planeamiento proyectará la Guadalajara del futuro por lo que ha llegado el momento de tomar decisiones importantes.

 

 

La modificación del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU)  de Guadalajara ha sido adjudicada al arquitectro y urbanista, José María Ezquiaga Domínguez, Premio Nacional de Urbanismo y ex-decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, que también está al frente de la redacción del Plan Especial del Casco, una herramienta que modifica el PGOU y que, según el edil de Urbanismo y segundo teniente de alcalde, Alfonso Esteban, está muy avanzada, por lo que en breve “irá al Pleno para su aprobación y se someterá a información pública”.

 


Además de en el Plan Especial del Casco, el nuevo PGOU se sustentará en las conclusiones del Plan de Infraestructura Verde que recibía el visto bueno del Pleno el pasado 4 de marzo: “Un documento muy ambicioso que va a permitir ser la base para hacer un análisis del suelo rústico de la ciudad de Guadalajara para determinar qué queremos proteger, cómo cuidamos nuestro espacio natural, además de cómo crecemos como ciudad”, señalaba Esteban, quien explicaba que se optaba por modificar el PGOU, en lugar de la elaboración de uno nuevo, al tratarse de una solución mucho más ágil. Según Esteban, elaborar un nuevo plan podría demorarse entre 10 y 15 años y Guadalajara no puede esperar tanto.



La fase de Participación Ciudadana


El proceso para su modificación ha superado ya la primera de las siete fases que comprende, consistente en la elaboración de la información básica y esta semana iniciaba la segunda de Participación Ciudadana para lo que el Consistorio pondrá a disposición de los ciudadanos un buzón de sugerencias y tal y como informaba El Decano, ha previsto una serie de reuniones, charlas y mesas de trabajo con todos los agentes socioeconómicos de la ciudad, para llegar al 27 de julio con la presentación de una memoria que recogerá las principales conclusiones de este periodo de escucha.

 


A continuación, se abordará una fase de diagnóstico, para afrontar después la elaboración del documento en una cuarta fase, en la que se concretarán espacialmente las necesidades de nueva vivienda, infraestructuras o nuevos equipamientos complementarios a la misma.

 


El pasado martes tenía lugar una primera reunión dirigida a la población en general, que contó con la presencia del propio José María Ezquiaga, el edil de Urbanismo, Alfonso Esteban, la jefa del Área de Urbanismo del Ayuntamiento, Blanca Causapié, y el jefe se Servicio de Urbanismo, César Gismera. Un encuentro que puso de manifiesto que el urbanismo preocupa y mucho a los vecinos de esta ciudad: Representantes del Colegio de Arquitectos, del Colegio de Aparejadores, del ámbito jurídico, la Universidad, empresas constructoras, asociaciones vecinales, grupos políticos, miembros de anteriores gobiernos municipales, etc. llenaron la Sala Tragaluz del Teatro Auditorio Buero Vallejo de la capital y formularon infinidad de preguntas y sugerencias durante un encuentro que se alargó durante más de tres horas.

 

Plan de Infraestructura Verde. Fuente: Ayuntamiento de Guadalajara
Plan de Infraestructura Verde. Fuente: Ayuntamiento de Guadalajara



Dice el jefe de servicio de Urbanismo, que los planes de ordenación municipales ponen de manifiesto la intención de una Corporación de hacer las cosas de una determinada manera y que en esta empresa es fundamental el Plan de Infraestructura Verde, que va a marcar la agenda de la elaboración del PGOU, a la hora de identificar y diferenciar el suelo “que sea susceptible de ser urbanizable de aquel otro que merezca una protección efectiva por sus valores naturales, paisajísticos, etc.” También señaló que detrás de la elaboración de la modificación de este plan se encuentra un equipo multidisciplinar  que cuenta entre sus miembros con un jurista de reconocido prestigio con más de 35 años de experiencia en Urbanismo y un economista para reflejar en el plan la dimensión de la sostenibilidad económica y el paisaje con el Plan de Infraestructura Verde. “Tenemos la suerte de que va a colaborar con Ezquiaga, Rafael Mata que es el mayor experto de España en el tratamiento del paisaje”.

 


No obstante, si alguien esperaba que esta reunión desvelara alternativas precisas de desarrollo y de crecimiento de la ciudad, posiblemente, se llevaría un chasco. “Esta participación ciudadana no empieza sobre la base de ‘tenemos una propuesta a ver qué les parece’ si no, ¿qué problemas consideran que deben ser tratados?”, avisaba el responsable de abordar el planeamiento de la ciudad.

 


Para Ezquiaga la cuestión que debe plantearse la ciudad de Guadalajara en estos momentos es cuánto de ese crecimiento de Madrid quiere y puede asumir teniendo en cuenta un conjunto de valores como la calidad de vida de los ciudadanos, el medio ambiente o el impulso de una oferta de vivienda asequible.

 


Lo que interesaba explicar a la ciudadanía  en esta fase inicial es el por qué se aborda esta modificación y el qué necesita la ciudad. El dónde y el cómo son cuestiones a futuro.



Una reflexión sobre los desarrollos pendientes de ejecutar en los pueblos anexionados

El actual PGOU de Guadalajara es del año 2000 y con 25 años ya ha llegado a la vejez y necesita renovarse. Y es que a nadie se le escapa que Guadalajara está creciendo y mucho en cuanto a población, debido, recordaba Causapié, a la cercanía con Madrid, pero también a la implantación de nuevas empresas. Esto ha supuesto un encarecimiento de la vivienda y la necesidad de recalificar suelos rústicos para el desarrollo residencial e industrial.

 


Pese a la madurez del PGOU la jefa de Área de Urbanismo manifestó que todavía tiene capacidad para poder seguir edificando viviendas. Lo que se ha ejecutado prácticamente en su totalidad es la “almendra central”, la ciudad consolidada delimitada por la A-2, la Ronda Norte y el río Henares, pero no los desarrollos en suelo urbanizable previstos en los pueblos anexionados: “En esta modificación tenemos que hacer un análisis, no solamente del suelo que necesitamos para hacer nuevas viviendas, sino por qué el suelo que ya es urbanizable no se ha ejecutado. Tenemos que reflexionar sobre este aspecto. Ahora cuando estudiemos el documento puede haber parte de esos suelos que se desclasifiquen y vuelvan a ser rústicos”, planteaba.

 


El arquitecto recordó que su equipo fue el responsable de abordar el Plan del Corredor del Henares cuando Carlos Martínez Caro daba los últimos retoques al actual PGOU de Guadalajara, hacia el año 1999, “que en gran medida es el gran responsable, junto con la gestión municipal, de que esta sea una ciudad ordenada”. Dice Ezquiaga que pese a que los guadalajareños somos muy críticos con esta ciudad, basta con salir fuera para comprobar que se trata de “una ciudad compacta, donde el campo no está inundado de construcciones ilegales de manera dispersa y cuenta con unas infraestructuras en condiciones”. También fue adjudicatario de un intento en 2008 de adaptar el PGOU en la periferia, al margen del casco, que tenía su propio plan, y que hizo aguas debido a la crisis del ladrillo.

 

De acuerdo con las estimaciones del INE en 2039 la provincia podría crecer en población un 21%, pasando de 280.000 a 341.000 habitantes, con lo que si la capital mantiene su peso del 32% dentro de la provincia, esto supondrá 10.000 hogares más.

 


Sobre esa base, indicaba el urbanista, hay que buscar alojamiento para esa estimación. En el actual PGOU , tal y como adelantaba Causapie, habría disponibilidad de suelo pero Ezquiaga advierte "tienen que ser disponibilidades de suelo realistas”.

 


También aseguró que esta necesidad de vivienda y pese a la actual situación del casco en estado vegetativo desde hace años, no sólo va a alcanzar a los nuevos barrios periféricos, sino que necesariamente también va a ocupar el centro de la ciudad.

 



El desarrollo industrial de Guadalajara: La asignatura pendiente más complicada

Ezquiaga puso de manifiesto la ralentización de la construcción residencial tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en el Corredor del Henares que, si bien es cierto, ha tenido un descenso menor en la capital que en el resto del Corredor alcarreño y en los pueblos limítrofes “donde prácticamente se ha evaporado”, esa evolución que ha sido diferente en lo que se refiere al desarrollo industrial, donde “ha habido más resiliencia y se ha seguido produciendo suelo”.


En este sentido, el urbanista entiende que Guadalajara tiene una oferta de suelo industria “relevante, pero ciertamente pequeña”, lo que para  Ezquiaga representa “una asignatura pendiente” y el problema más complicado que plantea la modificación deL PGOU. Según el experto, el desarrollo industrial requiere de “bastantes suelos compactos, con buena accesibilidad y bajo impacto ambiental”. Guadalajara tiene capacidad para plantear varias alternativas, pero Ezquiaga aventura que “serán polémicas” porque tendrán cierto impacto ambiental y visual. “Podría haber alguna presión de la opinión pública que planteara que la ciudad renunciara a tener más empleo”, advierte el urbanista, que considera que esta opción sería una equivocación porque la gran apuesta de Guadalajara es que, desde su punto de vista, “es el mejor núcleo de todo el Corredor Alcarreño”.

 



Estas modificaciones, dijo, “no son dogmas de fe” por lo que “podemos hacer ahora un planteamiento que sea el más probable y sensato, sin pasarnos desmesuradamente en el crecimiento del suelo, ni quedarnos cortos”. En este sentido señaló que los límites del PGOU se encuentran en el Plan de Infraestructura Verde, para no afectar a suelos con valores medioambientales y paisajísticos.

 

Los temas actuales del urbanismo

De esta manera, la reunión del pasado martes abría un espacio para la reflexión e introducía a la audiencia en un plano mucho más filosófico sobre los problemas que aborda el urbanismo en nuestro país y qué cambios son esperables en el futuro. Nuevos temas como salud, la resiliencia o la sostenibilidad, con multitud de enfoques que ponen de manifiesto cómo el planeamiento urbanístico de nuestras ciudades provoca un impacto directo en nuestra calidad de vida, e incluso en nuestra salud: “Una ciudad que no favorece la convivencia tiene una incidencia mucho mayor de trastornos psicológicos y de enfermedad mental que aquella que favorece los vínculos y la sociabilidad”, señalaba a modo de ejemplo.

 


En este sentido, trató cuestiones esenciales que determinan el urbanismo y que pueden contribuir a esa fotografía de la ciudad que queremos, como la necesidad de infraestructuras, el sol y el aire como base de la arquitectura, el autoabastecimiento y las fuentes de energía limpia, la movilidad que ahora prioriza la ciudad para el peatón y los medios de transporte no motorizado, la infraestructura verde y el paisaje; la ubicación de los servicios básicos en la ciudad de los 15 minutos o ciudad cercana; los modelos actuales de familia que determinan la necesidades residenciales o la perspectiva de los niños y los mayores, la pirámide de población y los movimientos migratorios.

 


Para el arquitecto, en contra de las posturas actuales, la inmigración es “el mejor diagnóstico de que una sociedad es vital y sana” porque en el momento en el que España entre en decadencia “la inmigración buscará otros derroteros”.

 


De no existir este crecimiento, señala, tampoco se producirían mejoras en la ciudad en materia de infraestructuras o en otros ámbitos de la ciudad real. No obstante, este crecimiento no tiene por qué ser salvaje ni sacrificar valores como la calidad de vida o el medio ambiente.




“Los PGOU son la expresión de la voluntad de una comunidad”

El urbanismo, según indicó, “no es una materia fija y ahora mismo está en una revolución muy profunda”. Los planes de ordenación urbanística, según dijo, están siendo cuestionados porque “son documentos muy valiosos en su operativa, pero muy difíciles de hacer y frágiles”, que frecuentemente son anulados en los tribunales, porque cualquier error puede afectar a su conjunto, a lo que añadía otro problema “y es que los hemos ido cargando con el paso del tiempo de muchos requerimientos”-

 


Dice Ezquiaga que los planes generales de ordenación urbanística son “la expresión de la voluntad de una comunidad”, pero también es un instrumento de regulación del derecho de la propiedad; un elemento de programación de la economía, las infraestructuras, los riesgos o incluso el impacto de género.

 

 

Estos planes, relataba, requieren a lo largo de su elaboración de informes de todos los organismos de la comunidad autónoma y de casi todos del Estado, lo que hace el proceso muy largo y farragoso por lo que las comunidades autónomas están apostando por soluciones más ágiles mediante Planes estratégicos.

 



El momento de revitalizar el casco

El pistoletazo de salida de este proceso de participación ciudadana evidenció, una vez más, la preocupación de la ciudadanía por la situación de un casco histórico en un estado de coma crónico, que podría encontrar en el nuevo Campus Universitario de las Cristinas su salvavidas definitivo, junto con herramientas urbanísticas como el Plan Especial del Casco para flexibilizar y regularizar su crecimiento y revitalizar la construcción y otras medidas como el plan de renaturalización, la dotación del edificio de Correos para que las asociaciones puedan volver al centro; recuperar los servicios y equipamientos, la vuelta del transporte público con un autobús eléctrico, entre otras.

 


El edil de Urbanismo también llamó la atención sobre el proyecto para levantar un Palacio de Congresos en el antigua Alcázar, ahora en ruinas. Una iniciativa que el Ayuntamiento pretende abordar con fondos europeos, consistente en la rehabilitación de las caballerizas como espacio museístico y la construcción de dos naves acristaladas en paralelo a la calle Madrid y al acuertalamiento “que pudiera ser un espacio de exposiciones para la ciudad de Guadalajara”.

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