Ecologistas en Acción alerta del incremento de los niveles de ozono en CLM como consecuencia de las frecuentes olas de calor en verano y primavera

Publicado por: El Decano
06/11/2023 02:15 PM
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La aglomeración de Guadalajara y el norte de Toledo son las zonas donde en el trienio 2021-2023 se ha incumplido el objetivo legal para la protección de la salud en al menos una estación y suman 773.000 habitantes, el 38 % de la población. Durante el verano de 2023 se registraron en CLM 250 muertes por altas temperaturas

 

Toda la población castellanomanchega ha respirado aire contaminado por ozono, en un nuevo verano tórrido. El informe anual sobre la contaminación por ozono de Ecologistas en Acción constata que los frecuentes episodios de calor de la primavera y el verano de 2023 han elevado los niveles de ozono, afectando a la totalidad de Castilla-La Mancha.

 


Tal y como apunta la organización ecologista en un comunicado de prensa, la Junta de Castilla-La Mancha y el Gobierno de España siguen careciendo de planes eficaces sobre el transporte, la industria y la ganadería intensiva que reduzcan los elevados niveles del contaminante más ligado al cambio climático.

 


El informe sobre ozono elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2023 en casi 500 estaciones de medición repartidas por todo el territorio español, entre ellas 27 situadas en distintas localizaciones de Castilla-La Mancha.

 


En lo que respecta a Castilla-La Mancha, entre sus principales conclusiones, destacan que el ozono es un contaminante muy complejo, que no tiene una fuente humana directa, sino que se forma en la superficie terrestre en presencia de radiación solar por la combinación de otros contaminantes denominados precursores, emitidos por el transporte (en especial los vehículos diésel), las centrales termoeléctricas, ciertas actividades industriales o la ganadería intensiva. Se trata por tanto de un contaminante típico de primavera y verano.

 


El ozono es también el contaminante atmosférico que afecta a más población y territorio en el Estado español, y el más estrechamente ligado al cambio climático, por su relación con la radiación solar. Durante 2023, sus niveles han repuntado en Castilla-La Mancha como consecuencia de la primavera y el tercer verano más cálidos desde 1961, con numerosos,episodios cálidos entre abril y septiembre y cuatro intensas olas de calor en julio y agosto.

 


El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia el valor diario recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo al cual el aire contaminado por ozono ha afectado en 2023 a toda la población y el territorio castellanomanchegos.

 

La aglomeración de Guadalajara y el norte de Toledo son las zonas donde en el trienio 2021-2023 se ha incumplido el objetivo legal para la protección de la salud en al menos una estación y suman 773.000 habitantes, el 38 % de la población. Y las cinco zonas donde se habría superado el nuevo objetivo legal propuesto para 2030 por la Comisión Europea (las citadas y Oeste de Castilla-La Mancha, Comarca de Puertollano y Sureste de Albacete) suman 1,2 millones de habitantes, el 61 % de la población.

 


La frecuencia de las superaciones de los estándares de la OMS y legal ha sido superior a la de los años previos a la pandemia, con aumentos de respectivamente el 9% y el 5% en relación al promedio de las registradas en el periodo 2012-2019, en el conjunto de Castilla-La Mancha, y 2023 ha sido el año con más superaciones desde 2017 del umbral de información (45), relacionadas en Puertollano con las emisiones del polo químico.

 


El cambio climático se confirma como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire por ozono, por el aumento de la radiación solar, el alargamiento progresivo de la duración del verano (estimado por la AEMET en un día al año) y la reducción de las precipitaciones, a sumar a otros “inconvenientes” ambientales entre los que en 2023 hay que destacar en España la intensa sequía primaveral y estival.

 


La contaminación por ozono debe abordarse como un problema sanitario de primer orden, que causa cada año en torno a 2.500 muertes en el Estado español, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, afectando a niñas y niños, mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades cardiorrespiratorias. Durante el verano de 2023, el Instituto de Salud Carlos III ha registrado en Castilla-La Mancha 250 muertes por altas temperaturas.

 


El coste sanitario y laboral de la contaminación por ozono fue de 5.000 millones de euros en 2013, un 0,33 % del PIB español, según el Banco Mundial, sinconsiderar los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

 


La información a la ciudadanía, señalan desde Ecologístas en Acción, por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema." La Junta de Castilla-La Mancha se ha limitado a difundir avisos rutinarios durante los episodios de ozono de este verano, y carece del preceptivo plan de acción frente a los mismos, por lo que no contempla medidas como la limitación de la actividad industrial en la Comarca de Puertollano". Buena prueba de la gravedad de la situación y de la falta de actuación relevante de las administraciones son las sentencias del Tribunal Supremo (2020) y los tribunales superiores de Castilla y León (2018 y 2023), Navarra (2021), Cataluña (2022) y Comunitat Valenciana (2023) condenando a sus gobiernos a aprobar a la mayor brevedad planes de calidad del aire para reducir el ozono, por el incumplimiento desde 2010 de los objetivos legales.

 


En este sentido, Ecologistas en Acción considera inaceptable que un año más la Junta de Castilla-La Mancha y el Gobierno de España sigan careciendo de planes eficaces sobre el transporte, la industria y la ganadería intensiva que reduzcan los elevados niveles de ozono.

 


Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire por ozono son disminuir el tráfico motorizado, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, sustituir los disolventes orgánicos por agua, el ahorro y la eficiencia energética, un despliegue ordenado de las energías renovables, reducir el tráfico aéreo, penalizar fiscalmente a los vehículos diésel y ampliar la moratoria para las macrogranjas.

 


Transcurridos nueve meses desde el fin del plazo para que los municipios de más de 50.000 habitantes establecieran zonas de bajas emisiones, para mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, ninguna de las seis ciudades castellano-manchegas afectadas ha cumplido esta obligación legal, pese a los fondos públicos que están recibiendo para su implantación. Ecologistas en Acción pide a las autoridades locales que prioricen la salud de sus vecinos.

 


Por últomo, apuntan que la crisis de la COVID-19 ha demostrado que la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria y los edificios son las mejores herramientas para mejorar la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales, también en el caso del ozono. La dramática situación creada por la pandemia ha corroborado que la reducción de las emisiones de sus precursores es efectiva para combatir la contaminación por ozono.

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