La cotorra argentina, especie catalogada como invasora, comienza a anidar en Guadalajara

Esta especie exótica se ha instalado en Los Manantiales, la zona del Zoo y la plaza de la Diputación. Causa innumerables problemas en el medio ambiente y amenaza a las aves autóctonas

 

Hace años que en Madrid las cotorras argentinas suponen una auténtica plaga y una fuente de problemas ambientales y económicos para el Ayuntamiento. Este problema comenzó a desplazarse hace meses hacia localidades del Corredor del Henares. En 2021 comenzaron a instalarse en Azuqueca de Henares, Cabanillas y Alovera donde, a día de hoy, se han convertido en ‘vecinos’ habituales contra los que siguen luchando sus ayuntamientos. Una erradicación que resulta altamente costosa y complicada. 

 

Desde hace unos meses, estos intrusos han comenzado a anidar en la capital. Pueden verse sobrevolando por el barrio de Los Manantiales y la zona de Zoo municipal e incluso se han avistado ejemplares en pleno casco histórico. Si bien todavía no puede considerarse como una plaga, si no se toman las medidas preventivas y correctoras necesarias, los guadalajareños nos veremos obligados a convivir con estas molestas y nocivas aves. 

 

José Luis Alguacil, concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Guadalajara, asegura que “hay grandes problemas en Azuqueca, Cabanillas y Alovera y ahora han venido a Guadalajara, aunque todavía no es un problema preocupante”. Para evitar que la especie prolifere llama a la responsabilidad de los ciudadanos, ya que la vía de entrada de estos animales exóticos es su tenencia como mascotas: “Son animales que se le escapan a la gente o bien los sueltan y aquí han encontrado un hábitat bueno para reproducirse y establecerse”. 

 

Según la información facilitada por el concejal, en Guadalajara hay localizados tres nidos de cotorras: uno en el barrio de Los Manantiales, otro en la plaza de Moreno, junto la Diputación Provincial, y otro en las inmediaciones del Zoo. En total, a día de hoy, existen censadas 20 aves. “Son pájaros que se mueven siempre por los mismos lugares. Y en la ciudad han encontrado una fuente de alimento fácil en los almacenes de grano al aire libre de la Apag”. De hecho, es frecuente observar a numerosas cotorras -muchas más que las que forman el censo- posadas en el tendido eléctrico situado en las cercanías de la sede de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos. “Todas las que se ven no son las que tenemos censadas en la ciudad, ya que van a la Apag a por alimento a los almacenes de grano, pero luego vuelven siempre al mismo nido”, puntualiza Alguacil.

 

Precisamente la envergadura de los nidos de cotorra argentina, que pueden pesar entre 50 y 200 kilos, es uno de los principales riesgos de su adaptación a la vida urbana, además de las grandes molestias que causan por los ruidos que generan: “El problema es que son nidos muy grandes que ponen en las ramas y suponen un riesgo de caída y de provocar daños personales si se cae uno y hay gente alrededor”. 

 

Según veterinarios expertos en especies exóticas consultados por El Decano de Guadalajara, la retirada de estos nidos no es una solución definitiva, ya que al quedarse sin ellos, los ejemplares se dispersan, lo que traslada el problema a otras zonas o incluso lo empeora todavía más en el mismo área de expansión. 

 

De momento, el Ayuntamiento, a través de una empresa de control de plagas, está procediendo a la captura de los ejemplares con redes o nasas , tras lo que son trasladados al Zoo, donde se introducen en jaulas habilitadas al efecto.

 

 

 Una especie peligrosa para el medio ambiente y las especies autóctonas

 

A pesar de que a simple vista es un pájaro inofensivo y hasta simpático, la cotorra argentina está considerada por el Ministerio de Transición Ecológica como una especie exótica invasora debido a su potencial colonizador y por constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats y los ecosistemas. 

 

Desde 2007 forma parte del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, en el que se incluyen todas aquellas especies y subespecies que constituyen o pueden llegar a constituir "una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, la agronomía, o para los recursos económicos asociados al uso del patrimonio natural". Desde 2013 está prohibida su introducción en el medio natural en España, así como su posesión, transporte, tráfico y comercio. Las personas que adoptaron cotorras como mascotas antes de esa fecha están obligadas a mantenerlas hasta su fallecimiento.

 

Originaria de Sudamérica (Bolivia, Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), su tamaño medio es de unos 30 centímetros de longitud total, tiene una envergadura de 53 centímetros y un peso que oscila entre los 90 y los 120 gramos. El color de su plumaje es verde brillante, con las alas verde azuladas, y la cara, mejillas, garganta y pecho de color gris o blanquecino. Es principalmente granívora, aunque también se alimenta de frutos, larvas e insectos.

 

Son aves territoriales y muy gregarias, llegando a formar colonias de más de 100 individuos. Construyen nidos comunitarios y en España se encuentran principalmente en entornos urbanos, en cultivos y en arboledas. 

 

Según se afirma desde el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, su impacto ecológico es preocupante, ya que desplaza a otras especies autóctonas -especialmente al gorrión común y al mirlo- por competencia y depredación de nidos. Además, pueden provocar daños a cultivos, principalmente de árboles frutales; genera pérdidas a las empresas eléctricas por daños en el equipamiento y cortes de energía; provoca la degradación de árboles ornamentales, edificios y mobiliario urbano, y puede suponer un riesgo para la seguridad pública, así como ser fuente de propagación de agentes patógenos que causen enfermedades infecciosas en los humanos. 

 

A todos estos problemas se añaden el éxito reproductor, con un elevado número de pollos que llegan a volar, y la falta de depredadores naturales, ya que el único depredador que encuentra en la ciudad es el halcón peregrino, pero sólo representa entre un 15 y 17p por ciento de su dieta.

 

La principal vía de entrada de esta especie es el comercio de mascotas y la causa de su introducción en el medio natural son los escapes accidentales o las liberaciones voluntarias a partir de individuos mantenidos en cautividad. Por este motivo, el concejal de Medio Ambiente llama a la responsabilidad de los vecinos: "Se pide responsabilidad a la hora de comprar o adoptar especies exóticas que se van a adecuar a los ámbitos de las viviendas. Porque las cotorras no dejan de ser animales invasores. Si las tienen en casa no deben soltarlas porque van a provocar daños importantes en el hábitat de Guadalajara". 

 

La cotorra argentina no está incluida en el listado positivo de animales de compañía incluido en la nueva Ley de Bienestar Animal, que excluye expresamente "las especies para las que exista certeza de su carácter invasor en el ámbito territorial del lugar de tenencia o que, en caso de escape y ausencia de control, supongan o puedan suponer un riesgo grave para la conservación de la biodiversidad en dicho ámbito territorial”.

 

Las sanciones por la suelta de estas aves oscilan entre los 500 euros para las infracciones leves y los 200.000 euros para las muy graves. 

 

 

 

Prevención y comunicación

 

La Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha tiene, entre uno de sus objetivos, poner freno a la proliferación de especies exóticas invasoras: "La principal estrategia para luchar contra las especies exóticas invasoras es la prevención, ya que una vez asentadas puede resultar muy difícil y costoso su control y erradicación".

 

Por ello, recomienda no abandonar a estos animales en la naturaleza. En caso de que los propietarios no puedan hacerse cargo de ellos aconseja entregarlos a otra persona o a una entidad que se responsabilice de ellos. 

 

Asimismo, se pide a los ciudadanos que, si detectan una de estas especies invasoras colaboren y lo pongan en conocimiento de la Administración regional a través del mail invasoras@jccm.es

 

Otra vía de comunicación en caso detectar alguna de estas especies, en especial si están incluidas en el Catálogo español de especies exóticas invasoras, es a través del Miteco, que llama a ponerlo en conocimiento de la autoridad ambiental de la Comunidad autónoma correspondiente o bien a notificarlo directamente al Ministerio a través de la Subdirección General de Biodiversidad Terrestre y Marina mediante el correo electrónico buzon-sgb@miteco.es