El sector turístico vive un momento de ensueño. España recibió el pasado años unos 94 millones de visitantes extranjeros con un importante incremento de los ingresos con Castilla La Mancha entre las comunidades que más crecen. Sin embargo, algunos analistas advierten de la necesidad de lograr un modelo sostenible y del riesgo de morir de éxito
Los 94 millones de turistas que visitaron España en 2024 representan un incremento superior a los 9 millones respecto al año anterior, un 10% más gracias en buena medida a la recuperación del turismo británico y a la fortaleza del turismo de larga distancia, en especial de Latinoamérica y Asia. Un crecimiento que no da señales de agotamiento cíclico gracias a un modelo turístico como el español enfocado a la sostenibilidad, según recoge el último el Informe Sectorial de Turismo de CaixaBank Research.
A pesar de las reticencias en determinados ámbitos sociales ante el riesgo de masificación, el modelo de crecimiento turístico español basado en la sostenibilidad planteado por el conjunto de los actores parece garantizar el éxito futuro sin riesgo de colapso.
Los datos recogidos por la firma de investigación de CaixaBank muestran que la cifra récord de visitantes internacionales experimentado en 2024 se ha producido gracias a dos importantes palancas: la desestacionalización y el crecimiento de áreas geográficos más orientadas al turismo verde y activo.
El fenómeno de la desestacionalización se ha ido acentuando de forma progresiva en los últimos años. Aunque es cierto que los meses de verano siguen concentrando grandes partes de los flujos turísticos, las llegadas fuera de temporada se han acentuado con fuerza desde 2019.
El cambio de hábitos, con una mayor flexibilidad laboral y la posibilidad de aprovechar precios más competitivos en temporada baja son factores importantes en este proceso que a su vez abre nuevas "oportunidades para equilibrar la actividad turística a lo largo del año y fomentar un crecimiento más sostenible" apunta Judit Montoriol, lead economist de CaixaBank Research.
Todo ello contribuye a fortalecer la sólida posición del sector turístico español, altamente competitivo. Por cada punto de mejora en la renta de los países en origen, apunta el informe aumenta de forma proporcionalmente mayor el número de visitantes que eligen España como destino frente a otros países competidores.
De hecho, las encuestas muestran una enorme fidelización por parte de los turistas extranjeros con España salvo en ocasiones puntuales cuando se han producido grandes olas de calor. De este modo, el clima se convierte también en un factor relevante para el sector.
Según cálculos de CaixaBank Research el PIB turístico creció sobre el 6% en 2024, casi el doble del conjunto de la economía. Para 2025, todo apunta a que seguirá creciendo a cotas importantes, pues todavía cuenta con importantes elementos para seguir expandiéndose, aunque el ritmo será algo más moderado. La firma prevé un incremento para este año del 3,6% confirmando su solidez respecto al resto de sectores.
De confirmarse esta positiva evolución, marcada por el incremento del gasto de un turismo con mayor capacidad adquisitiva como es el británico o el asiático, con un ticket mucho más alto del gasto medio del turista español a partir de la información de millones de transacciones con tarjetas en los establecimientos de restauración en 2024 recogidas por CaixaBank. De este modo, el PIB turístico pasaría a suponer este año el 13,2% del total de la economía desde el 12,9% estimado para 2024 confirmándose como uno de los principales motores de la economía.
La desestacionalización también supone un fuerte beneficio. La tendencia hacia una menor estacionalidad del turismo, asegura el informe, es muy positiva, pues permite evitar el aumento de la congestión en los principales puntos turísticos, y aumentar la utilización de la capacidad instalada fuera de temporada con un efecto muy positivo en el mercado laboral y en las condiciones de los trabajadores del sector, gracias a una menor temporalidad del empleo.
A ello contribuirá también el desplazamiento del turismo puramente de sol y playa hacia regiones que ofrecen otro tipo de actividades más verdes y rurales. Esta eficiente gestión de los flujos turísticos ayudará a minimizar las consecuencias negativas sobre la población local, al tiempo que enfatiza la preservación de los recursos naturales y culturales, que constituyen el principal atractivo turístico del país.
Una fórmula muy positiva que permite poner el foco en la superación de la mítica barrera de 100 millones de visitantes internacionales sin comprometer la sostenibilidad, impulsando el dinamismo de la restauración y del sector hotelero.
En este proceso de desestacionalización y de mayor distribución geográfica permite destacar el buen momento del sector en Castilla-La Mancha junto con otras regiones similares como Asturias o Castilla León con un modelo turístico menos masivo, más ecológico y sostenible.
La región, de hecho, ha sido la que más variación al alza, más de un 5%, ha registrado en la tasa de ocupación hotelera, solo superada por Asturias. Castilla-La Mancha, además, ha sabido rentabilizar este crecimiento, pues esta mejora, en el caso de otras regiones, no se ha traducido necesariamente en una mejora de la rentabilidad como sí ha sido el caso de la región que está asentando las bases para convertirse en un destino alternativo.
Julio Muñoz. Periodista de información económica y experto en comunicación.