España mira al espacio como motor de crecimiento

Indra, el máximo representante de la industria aeroespacial española, crea una unidad específica para ser un referente también en Europa y aprovechar el impulso económico de las nuevas inversiones, mientras las pequeñas empresas se agrupan en el New Space español.  

 

Lejos de aquellos tiempos de la película El Astronauta protagonizada por Tony Leblanc, que ponía en evidencia, de forma humorística, el retraso tecnológico, España busca ahora una fuente de crecimiento en el desarrollo de su sector aeroespacial que la haga menos dependientes del turismo y las exportaciones. La joven industria aeroespacial española empieza a contar con un potencial de crecimiento extraordinario y ya puede considerarse como un sector de referencia para la economía gracias a su gran poder de transformación y capacidad tecnológica. En los últimos años ha superado la barrera de los 1.000 millones de euros de facturación rondando ya el 1% del PIB industrial de España. Con todo, el sector se lamenta de que aún vamos con cierto retraso. 
 

 

En este avance ha tenido mucho que ver el PERTE puesto en marcha en 2021 hasta 2025 movilizar del orden de 4.533 millones de euros con una contribución del sector público de alrededor de 2.193 millones de euros y una inversión privada de cerca de 2.340 millones. Se trata de convertir a esta industria española en un actor clave en el ámbito internacional para aprovechar las oportunidades asociadas a la gran transformación que se está produciendo en Europa.  
 

 

El proyecto cuenta con tres pilares específicos. La aeronáutica con un objetivo entre otras cosas de mejora de los propulsores cero emisiones o el desarrollo aeronaves multipropósito y no tripuladas; el espacial dirigido a situar a España en el mapa europeo del uso comercial del espacio; y un tercer pilar transversal relacionado con los dos anteriores enfocado a impulsar actuaciones de innovación, sostenibilidad y digitalización en centros fabriles, fomentar la capacitación y formación orientada al sector aeroespacial, cohesionar y conectar el ecosistema de innovación en el ámbito aeroespacial, y habilitar fondos público-privados para reforzar a las empresas del sector. 
 

 

 

Con el fin de aprovechar esta dinámica, Indra ha aprobado recientemente la creación de Indra Espacio para convertirla en una referencia de su nuevo plan estratégico con el que prevé alcanzar los 10.000 millones de euros en 2030.  
  

 

La filial integrará cuatro líneas de actividad: control, observación y seguimiento espacial; navegación; observación de la Tierra; y diseño y construcción de constelaciones satelitales. Su creación deberá ser ratificada en junta de accionistas y contará con un patrimonio de 28 millones de euros  
  

 

De hecho, el grupo tecnológico español ya está presente en el espacio con una participación del 10,5% en Sateliot, la primera empresa en operar una constelación de satélites de órbita terrestre baja (LEO) 5G para Internet de las Cosas (IoT) también participada por Cellnex (3,5%) y la empresa pública Sepides. 
 

 

 

Sateliot forma parte del conocido como el New Space español, un sector estratégico que ha aprovechado los avances tecnológicos, la rebaja de los tiempos de desarrollo y el coste de las inversiones para dar un renovado impulso del sector. Junto a otras compañías como PLD Space o Alén Space, está abriendo nuevos caminos en la cadena de valor de la industria aeroespacial española, ya sea en los satélites, cohetes o misiones espaciales; construyendo un proyecto de país más avanzado entre todos.   
  

 

El New Space se ha desarrollado en España por varios factores, entre los que destacan la tradicional mentalidad innovadora española, la creación de un fuerte y sólido entramado tecnológico y científico en las universidades, unos costes muy competitivos, la creación de una industria más corporativa desde el siglo pasado y el determinante dinamismo que han traído consigo los fondos europeos.  
  

 

España se sitúa de este modo en una situación privilegiada para entrar en una nueva dimensión tanto desde el punto de vista tecnológico como comercial. De esta forma, ha señalado Jaume Sanpera, consejero delegado y cofundador de Sateliot, "estamos más cerca de convertirnos en la primera constelación de Internet de las cosas (IoT) que habrá operando en todo el mundo bajo el estándar 5G. Y estaremos situando a España en la vanguardia de una tecnología que convertirá a nuestro país en un referente y un modelo que seguir". 
 

 

 

Esta sociedad, que será una de las patas de su nuevo negocio, -el grupo va a aglutinar su participación en Sateliot dentro de Indra Espacio- ya tiene amarrados 187 millones de euros en contratos antes incluso de lanzar este año con SpaceX cuatro nuevos satélites al espacio. Estos contratos, que son recurrentes, los ha firmado con más de 350 clientes en más de 50 países del mundo. La empresa se marca como objetivo alcanzar unos ingresos de 500 millones de euros en 2027 y de 1.000 millones en 2030.  
  

 

Sateliot conectará con estos cuatro satélites, más los dos que ya tiene orbitando la Tierra, y con los que completará la primera fase de su constelación, casi 7 millones de dispositivos IoT. Eso supondrá un salto cuantitativo, multiplicando casi por dos los 4 millones conectados en los últimos 20 años.   
  

 

Sateliot llega a este momento clave en su crecimiento tras un largo viaje que le ha llevado desde su creación en 2019 a levantar 25 millones de euros, de los que 13,5 fueron solo en 2023. De estos últimos, 6 millones proceden del Banco Santander; 5 de una nota convertible, y los 2,5 restantes son de un préstamo participativo de la empresa pública Avançsa.   
  

 

Estos fondos junto con el arranque de la serie B permitirán impulsar el desarrollo de su tecnología, el lanzamiento de los cuatro satélites y reforzar el equipo humano de cara al despliegue completo de su constelación en 2027/2028 llegando a tiempo real en todo el mundo.  

 

 

 

Julio Muñoz. Periodista de información económica y experto en comunicación.