EDITORIAL. Promesas incumplidas

Publicado por: El Decano
14/06/2024 01:21 PM
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El 17 de junio de 2023 se constituyó el nuevo Ayuntamiento//Imagen: Ayto. Guadalajara.
El 17 de junio de 2023 se constituyó el nuevo Ayuntamiento//Imagen: Ayto. Guadalajara.

El próximo lunes, 17 de junio, se cumple un año desde la llegada al poder del Partido Popular y de Vox al Ayuntamiento de Guadalajara. Un acuerdo in extremis -que se fraguó en el más absoluto de los secretismos y cuyos términos no se conocieron hasta un día antes de la constitución de la nueva Corporación- colocó a Ana Guarinos como alcaldesa con sólo 11 votos más que en las anteriores municipales y como primer teniente de alcalde a Javier Toquero, lo que permitió la entrada de la ultraderecha en el Gobierno municipal por primera vez en democracia.


El PSOE, a pesar de haber ganado con contundencia las elecciones, se tuvo que marchar a la bancada de la oposición y dejar en otras manos un proyecto de ciudad que los nuevos gobernantes se han empeñado en tirar por la borda, justo cuando Guadalajara comenzaba a despuntar a nivel cultural, económico y social.  


Ha pasado un año desde la llegada de la derecha y la ultraderecha al Ayuntamiento y, echando un vistazo a los términos del pacto de Gobierno entre PP y Vox, llegamos a la conclusión de que ha sido un año de promesas incumplidas. Traducido al lenguaje callejero, se han pasado por el arco del triunfo su propio programa electoral. 


Por no aburrirles, les hablaremos sólo de algunos de esos incumplimientos. 


El más flagrante de todos ha venido de la mano de los impuestos. “Aplicaremos una política fiscal moderada, tendente a la bajada de impuestos y compatible con la prestación de unos servicios públicos municipales de calidad”. Así reza, textualmente, el pacto. Pues de política fiscal moderada, nada de nada. Catastrazo al canto para los vecinos y vecinas de la capital, que pagarán en sus recibos del IBI un 17,4% más, casi 100 euros para una vivienda media. 


“Aumentaremos la presencia de la Policía Local y la Policía de Barrio”. ¿Alguien ha visto en sus barriadas a más agentes o a esa típica pareja que hace años rondaba por nuestras calles y nos daba sensación de seguridad? 


“Realizaremos una apuesta decidida por la infancia y la adolescencia”. Por eso, en la enésima modificación de crédito se han ‘birlado’ 600.000 euros de varias partidas destinadas inicialmente a las áreas de Deportes y Juventud, Infancia y Adolescencia para destinarlas al departamento de Festejos, concretamente a cohetes, ferias y toros. Olé y olé. Una magnífica faena digna del mejor de los diestros.   


“Recuperaremos edificios históricos, los antiguos juzgados y el edificio de Correos destinándolos a usos sociales y culturales”. Nada de nada. 


“Actuaremos en el río Henares mediante acciones de limpieza y acondicionamiento y mantendremos de forma continuada el parque fluvial del barranco del Alamín”. A la vista está el abandono absoluto de estas dos zonas a lo largo de todo el año que ha sido denunciada por los vecinos


“Impulsaremos con el Gobierno regional un plan de empleo mixto”. Resultado: de las 200 personas que se contrataron en este programa en la anterior legislatura, el Ayuntamiento ha reducido la oferta a la mitad. Apoyo al empleo ¿Dónde? 


“Promoveremos el desarrollo de nuevos polígonos industriales”. No han sido capaces de atraer ni a una sola gran empresa en 12 meses ¿Para qué necesitan más espacio si no hay empresas para instalarse? 


“Recuperaremos el espacio cultural del Alcázar y apostaremos por su rehabilitación”. Este espacio continúa siendo un erial lleno de maleza, abandonado a su suerte. 


“Instalaremos nuevos accesos viales que conecten ambas márgenes urbanas del río Henares”. No sabemos cómo lo van a hacer si en los presupuestos de 2024 ni siquiera aparece una pasarela que los vecinos llevan años demandando


También prometían un Gobierno municipal transparente, abierto y participativo. Esto ya clama al cielo. Ni transparente, ni abierto ni participativo. Las decisiones sobre la ciudad se toman por las bravas, se ofrece poca o ninguna información más allá de la propaganda y en los presupuestos han olvidado la mayoría de las propuestas realizadas por los ciudadanos. Estamos pues ante una forma de gobernar al más puro estilo de un conocido anuncio de un producto capilar: "Porque yo lo valgo". 


Entendemos que un programa electoral es un proyecto para cuatro años. Somos conscientes de que no se puede acometer el cambio prometido para una ciudad en sólo 12 meses, pero lo que es cierto es que Guadalajara está más muerta que nunca. 


Cierto es que se han iniciado obras importantes, todas ellas heredadas del anterior Gobierno de PSOE y Ciudadanos, que se venden, se presentan y se inauguran como si fueran propias. La falta de grandes proyectos para la ciudad es evidente.


Y no vale escudarse en la mala situación económica del Ayuntamiento y el famoso ‘agujero’ que empezó siendo de unos cinco millones y ya vamos por los 20. Hay que gestionar los recursos con eficacia y después de ir llorando por las esquinas, por arte de birlibirloque, pasamanos de estar poco más que pidiendo por las esquinas a contar con un presupuesto de 96’3 millones de euros, 5 millones más que lo presupuestado en las cuentas de 2023. A costa claro, de los bolsillos de los contribuyentes y de alguna que otra mentirijilla que ahora tratan de ocultar con idas y venidas de crédito de unas partidas a otras. 


Ya empezó mal el Gobierno de PP y Vox con un rosario de dimisiones y algún escándalo por intentos de contrataciones a dedo de familiares de concejales. El desmadre en la Concejalía de Cultura, los problemas con los trabajadores de la grúa y de otros servicios municipales, la censura cultural que se ha llevado por delante la presencia en la ciudad del Fescigu o el Festival de Cine Lento, los recortes en Igualdad, la polémica con los puntos violeta, etc. 


No todo ha sido tan malo. Hay que reconocer que alguna cosa buena nos ha traído este Ayuntamiento como es el caso del Plan de Limpieza Integral de Barrios, un Plan Verde, una buena gestión en materia deportiva y el trabajo de determinadas concejalías que realmente se han puesto las pilas, frente a otras en las que la vaguería es incluso comentada en petit comité por sus propios compañeros de filas. 


Al margen de estas honrosas excepciones, 2023 ha sido un año de herencias, malas copias de proyectos, desastres mil y una gestión que deja mucho que desear. Lógico por otra parte porque la lista que presentó el PP, encabezada por Guarinos, no estaba diseñada para gobernar, ni se lo esperaba. De ahí la incapacidad de gestión. 


El resultado. Una Guadalajara que empieza a parecerse peligrosamente a esa ciudad gris, aburrida y paralizada que nos dejaron otros gobiernos del Partido Popular. Y por si fuera poco ahora, con la ultraderecha de Vox como compañera de viaje. 


Apaga y vámonos. 

 

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