A pesar de que ya han pasado más de diez días de la tragedia de Valencia, a todos se nos continúa sobrecogiendo el corazón a cada imagen y a cada testimonio que ofrecen los medios de comunicación y los voluntarios desplazados a la zona del desastre.
Pérdida de vidas humanas y animales, desolación, dolor, abandono. Un terrible color marrón y un olor a barro y a putrefacción que lo invade todo es el escenario con el que se levantan, día sí y día también, los damnificados y las víctimas de un desastre natural sin precedentes.
Ante una desgracia de tal calibre los ciudadanos de toda España han respondido de forma ejemplar, ofreciendo una lección magistral de lo que significa dar la talla, sobre todo a algunos políticos y formaciones populistas que se están afanando en enfangarlo todo aún más.
En Guadalajara, la respuesta ha sido masiva. Desde cada pequeño pueblo o pedanía de la zona rural, hasta los vecinos y vecinas de las grandes localidades del Corredor del Henares y de la capital han querido colaborar. Miles de personas, cada una en la medida de sus posibilidades, se han acercado hasta los puntos de recogida habilitados de forma oficial o espontánea por parte de ayuntamientos, asociaciones, grandes y pequeñas empresas, etc.
Allí los guadalajareños no sólo han depositado los efectos materiales tan demandados desde la Comunidad de Valencia, sino un pedazo de su corazón y grandes dosis de empatía, solidaridad y, sobre todo, de humanidad.
Mayores, jóvenes y niños -muchos de ellos con simples pero reconfortantes dibujos y mensajes de ánimo- han formado largas colas para realizar donaciones. Cientos de voluntarios en toda la provincia han organizado y clasificado los productos sin apenas descanso. Bomberos, policías locales, Guardia Civil, Policía Nacional, Ejército, agricultores, ganaderos, empresarios, y un largo etcétera de sectores se han movilizado para trasladarse a las zonas afectadas. Y cientos de personas anónimas han partido o partirán en las próximas horas hacia diferentes localidades valencianas para prestar su ayuda de forma totalmente altruista.
Es en estos momentos cuando los ciudadanos se convierten en un verdadero ejemplo. Codo con codo, unidos en la tragedia, han demostrado que saben estar a la altura. Al margen de intoxicaciones y bulos en redes sociales, programas sensacionalistas que buscan subir audiencias mezclando publicidad con muerte, y partidos políticos que continúan empeñados en esparcir mierda hasta en los momentos más delicados y dolorosos para la población.
Desde El Decano de Guadalajara queremos decir, alto y claro: GRACIAS.
GRACIAS a los vecinos y vecinas de toda la provincia.
GRACIAS a los Bomberos del Ayuntamiento de Guadalajara y a los del CEIS, a la Policía Local, a Protección Civil, a las asociaciones, a los voluntarios que marchan, han marchado o marcharán a Valencia, y a un largo etcétera de personas que, de una u otra manera, están colaborando.
GRACIAS por ser ejemplo de solidaridad.
GRACIAS por aportar un pequeño rayo de luz y esperanza para aquellos que lo han perdido todo.
GRACIAS Guadalajara.
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